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Y bueno, ¡La cosa se puso buena! Porque como dicen en mi casa, esto está muy «hablao«. Mi reunión de cumpleaños se puso buena y Laura Esqueda comenzó a contarnos de su conocimiento acerca de los licores. ¡Y suaz! La reté a que escribiera acerca de una de nuestras más emblemáticas Denominaciones de Origen (DOC): El ron venezolano.
Y me parece que hizo la tarea cabalmente. Honestamente, no pudo quedar mejor. ¿Cómo empezamos querida Laura?
– Las Ronversaciones iniciaron en el sexto mes de aquel año particular. Una forma especial de saborear y apreciar de manera informal, las bondades del ron venezolano, armonizada con una buena conversa.
Un 7 de Junio del año #quiensabecuando, María Antonia y su amiga se reunieron, para darle forma a un proyecto que estaban horneando hace rato.
Aquella tarde prometía y para darle un toque perfecto a las ideas, la buena conversa y la camaradería, hacía falta un ingrediente mágico.
Dedicaron horas a crear mapas, teorías, textos, bocetos. La jornada había sido productiva pero quedaba un espacio “libre” para darle a la sin hueso sin problemas.
Ambas disfrutan del buen comer y el buen beber, ese día fue el momento perfecto para hablar de un tema pendiente en agenda. Tener una Ronversación y hablar sinceramente y con disfrute, sobre las bondades del Ron Venezolano.
Para amenizar el ambiente, bastaron segundos. María Antonia es músico (no les conté antes pero ya lo saben) y en pocos instantes buscó la música ideal, para acompañar la tertulia.
Y su amiga ni corta ni perezosa como mi bella genio, salió de la botella, je,je,je, no así no fue la cosa. Ella rápidamente sacó la botella que reservaba para esa ocasión y como dicen en algunos lados comenzó la magia.
(Les cuento: La amiga de Ma. Antonia tenía todo fríamente calculado, solo esperaba salir de los compromisos y avances, que ambas decidieron previamente para esa reunión, y comenzar el recreo.)
– – Y así empezó esa Ronversa.
Contenido del post
Desde ese momento cada una a su tiempo y espacio, se dio libertad para contar, narrar y describir lo que sabía sobre esta noble bebida.
Cuenta la leyenda, que en nuestro país se producía Ron mucho antes, de que esta hermosa tierra se llamase Venezuela.
En 1954 se promulgó la Ley Orgánica de la renta de licores. Dictada nada más y nada menos que por el presidente de la época, el General Marcos Pérez Jiménez. En esta ley se estableció, que para que una bebida alcohólica se identificará como ron, esta debía ser añejada por un tiempo mínimo de al menos 2 años.
Antes de este momento la mayoría de los rones que se consumían en nuestro país eran rones jóvenes cuya maduración no era superior a 1 año.
Algunos conocedores indican que los entretelones que existen en la historia del ron venezolano, narran diferentes situaciones, intereses e intenciones personales. Estos escenarios más allá de perjudicar el proceso de fabricación del ron, le añadieron circunstancias más que favorables. Estas condiciones influyeron, para lograr la calidad que encontramos hoy en día en esta apreciada bebida.
Los principales personajes de esta historia secreta o no conocida por muchos, fueron: Ron Santa Teresa, Pampero y Cacique, si quieres conocer el cuento completo, navega aquí
Palabras más, palabras menos, las participantes de la ronversa, llegaron a una primera premisa. Las condiciones climáticas, escenarios particulares y la mística de los hacedores del ron venezolano, dieron paso a una bebida única en su estilo.
Entramos a los cuentos de la cripta.
Recordando ese primer encuentro… con el ron, más palabras iban y venían. De pronto, sonó el intercomunicador y llegaron par de panas que sin saberlo se unirían a la Ronversación.
María Antonia bajó a buscarlas. Mientras su amiga servía los próximos tragos, 4 para ser exactos, y darle la bienvenida a: María Lulú (MariLu) y María Susana. (MariSu)
Enhorabuena llegaron y se sumaron a la Ronversa. Enteradas de que iba la plática, raudas y veloces, se unieron al tema.
MariLu comentó que recuerda haber tomado ron cuando tenía como 13 años, una cosa del más allá, porque en su pueblo y en casi toda Nueva Esparta, preparaban una bebida con ponsigué, el famoso Ron de Posingué.
Contó que era impelable entre Mayo y Julio, y que incluso su tío lo añejaba hasta Diciembre. En un descuido de la abuela, agarraron una botella y entre primos y amigos disfrutaron del contenido hasta la última gota. Lo recuerda como el primer y oficial encuentro con el ron en su vida. Entre risas y nada de sonrojo. Tan fuerte fue, que confesó, que esa mezcla ¡No la volvió a probar en mucho tiempo!
Una contó que fue en el liceo, otra en el primer viaje a la playa, escapadas en una verbena colegial. Cada quien contaba su historia o la de una amiga porque no recordaban la propia, cosas que suelen pasar.
El resto de las ronversadoras, recordaron viajes a la Colonia Tovar o a Choroni, con un buen ron, una bebida de cola, limón y listo. En la receta del gran Ponche de Misia She (una amiga de la casa) es un ingrediente insustituible.Y ni hablar de la Familia Feliz, unos vecinos apreciados de otra estimada aliada, Doña Lau. Cada navidad hay una tradición que ha pasado de generación en generación, el famoso cóctel familiar.Una mezcla indescriptible de frutas, donde un buen ron sella el sabor para dar paso a una bebida encantadora.
Hablar de cuál era el preferido de cada una, fue como abrir una caja de pandora, pero en versión positiva. MariSu expresó que para ella, no era fácil tomar el ron solo, que siempre lo mezcla con algo para hacerlo más agradable.
María Antonia y otra ronversadora coincidieron en que hay rones, que solo se refrescan un poco. No es necesario colocarle hielo, basta un buen vaso o copa donde servirlo y listo, no hace falta más nada.
Un Rhum Orange es la gloria. Preparar un daiquiri de mango, en el mes de Mayo, era un ritual en casa de MariLau (la amiga de Ma. Antonia, permíteme presentártela). El truco para ella, era agregar un toque de un buen ron. Bueno pero poco, salvo que a gusto de la persona, se preparará más cargado, más fuertecito.
En cualquiera de los casos el deleite es total, porque cada vez que puede, y más aún en el mes de las flores, un daiquiri de mango acompaña cualquier tarde de calor y la convierte en refrescante, en un instante.
En esta ronversa MariLau comentó, que estando lejos de su terruño, un grupo de paisanos venezolanos fueron invitados a tomar algo en aquellas tierras de clima muy frío. Pensaron que seguramente los anfitriones lo sorprenderían con un escocés y para el asombro de todos, fueron convidados a tomar un trago de Santa Teresa 1796, de los mejores representantes de la casa y conocido por ser uno de los rones elaborados con el antiguo método de Solera.
La esposa del anfitrión era venezolana, luego de este gesto todos quedaron con el corazón aguarapado y el alma emocionada de encontrar tan lejos de casa, un pedacito de nuestra tierra y su historia ronera.
Casi al cierre de esta sesión de la ronversa, varias ronversadoras comentaron que el ron era el ingrediente secreto de un postre, como la torta negra de tía Lu, de un ponche, de la versión sin igual, del helado ron con pasas de abuela Lela, de un risotto. La receta del lomo de cerdo de la madrina no sería igual sin su presencia y la mezcla jamás contada por la prima para una maridaje. (A la fecha no la suelta)
Hay rones para cada ocasión, para cada estilo y para cada bolsillo. No hay excusa para no probarlo, ya sea solo, en cócteles, frió, atemperado, con hielo, con un simple splash de agua, en un ponche, en un postre y en la más suculenta receta. Allí donde menos lo esperamos o imaginamos aparece como el mejor aliado.
En las ronversaciones, lo importante es disfrutar conscientemente. Degustar sorbo a sorbo cada trago y saborear relajadamente con una buena conversa -que puede ser entre panas o contigo- las mieles de esta fantástica bebida.
En muchas ocasiones, se minimizaba la calidad del ron venezolano o no se le daba su sitial de honor a los rones que se hacen en nuestra tierra, por distintos motivos que no vienen al caso.
Afortunadamente este escenario ha cambiado y en nuestro país, son cada vez más los consumidores de Ron en sus distintas presentaciones.
En la ronda casi final de esta ronversación, en una especie de juego tipo un limón medio limón, se revelaron otras razones de peso, que permiten valorar con total orgullo este embajador que cabalmente nos representa en distintas partes del mundo.
“Estos rones nos recuerdan a los valles de Ocumare, nos hacen caminar por una centenaria hacienda, sentirnos como un diplomático, pasearnos por el Oriente del país, pasando desde Carúpano, a Monagas o desde Yaracuy viajar hasta el centro norte en los valles de Aragua.
Son fuertes como el Roble, coloridos como el Bucare, expresan la dulzura del Cañaveral, destilando en cada Barrica, la nobleza del Caballo Viejo, la Quimera de amor de un Calazan. Su desempeño es Estelar ya sea en la tribu del Cacique, o en un paseo a caballo con Pampero.
Así describe quien escribe, a los rones con Denominación de Origen D.O.C “Ron de Venezuela”: Santa Teresa, Diplomático, Carúpano, Veroes, Ocumare, Estelar, Roble, Cañaveral, Quimera, Barrica, Caballo Viejo, Bucare, Calazán, Cacique y Pampero.
A diferencia del vino que se maneja por cosechas, en el caso de los rones su base se maneja por promedios. En cada mezcla, el maestro ronero combina sabiamente el contenido de las barricas, con alcoholes muy viejos hasta los más jóvenes, para llegar a los promedios. Una alquimia maravillosa que permite generar cada uno de sus productos bandera, de manera inequívoca.
Cuenta MariSu que su abuelita decía, que con un guamazo de ron cualquier gripe o catarro se esfumaba. Otras comentaban que escucharon hablar de las bondades de una buena fricción, para aliviar dolores musculares, que entre otros ingredientes llevaban ron.
Para el cabello, para el colesterol, seguramente nada científicamente probado. Sin embargo estas anécdotas demuestran, que el ron siempre ha formado parte de las tradiciones, costumbres y curiosidades de la familia venezolana.
Si la excusa es el precio, existe un abanico amplio de opciones, que van desde costos módicos hasta los más elevados. Sin embargo vale la pena destacar que puedes tomarte la botella luego de abierta, con total tranquilidad, ya que los más finos rones se saborean lentamente y los más jóvenes pueden disfrutarse paso a paso. Ambos tienen una larga vida luego de su apertura, así que puedes tomártelo con calma o como dicte la etiqueta del momento.
Cada una de estas empresas roneras genera empleo para muchas personas, tienen fundaciones y proyectos de responsabilidad social importantes en las zonas donde hacen vida y contribuyen de una manera u otra a la actividad económica venezolana.
El futuro del Ron Venezolano, está ligado a seguir conquistando cada vez más espacios, en otras fronteras y regiones, ya que resaltará por sus características particulares y el sabor que le acompaña, entre otros detalles.
Cada uno de nosotros está comprometido a ser el principal representante de nuestras marcas, a sumarle alegrías, a sentimos honrados con sus reconocimientos y a ser agentes multiplicadores de sus maravillosas propiedades, aquí en casa.
El valor de cada uno de los representantes de esta noble bebida, ha de ser exaltado con vehemencia e identidad por todos los que apreciamos cada fruto cultivado, producido y saboreado en esta tierra de gracia llamada Venezuela.
– Y así terminada la botella, terminada la Ronversa…
– – Y desde ese fecha, cada vez que lo recuerdan, sea juntas o cada una por separado, honran la presencia de tan noble bebida, con el orgullo rebosado y la venezolanidad desmesurada porque en cada sorbo de ron venezolano hay: tesón, tradición e historia.
Finalmente en la ronversación, ronpensamos: somos de los países privilegiados donde hay caña de azúcar. ¡Donde hay caña de azúcar, hay ron y donde hay ron hay pasión!
«Cada vez que se una la musa, una buena conversa y el ron, nacerá una Ronversación».
Ese día sin duda alguna nacieron 2 Ronlovers y fluyó este post que hoy estás leyendo.
A mi esta gentileza me dejó sin palabras. Solo tengo que decirte, que esta historia continuará…
Yo necesito tener pronto una ronversación con las «Marías». Tengo bastantes buenas anécdotas que nacieron a causa de un buen (o mal) trago de ron. Un post imperdible por cierto. ¡Me encantó!
¡Pero claro que si! A ponerle fecha a eso María Susana. Queremos oir esas historias que nos den bastante material para armar ese papagayo. Para mi – y estoy segura que para Laura- un gran honor tenerte por aquí. Un abrazo grande
Esa Ronversa estuvo excelente y si la torta negra de Lu es excelente y el coctel de tradición de la madrina exquisito. Y si se combinan los dos la gloria.
Totalmente de acuerdo, esa combinación es sublime. ¡Qué emoción saberte por estos lados! . Hay que invitarte a una ronversación.
Sin duda será una grata experiencia. Un honor saber que paseaste por esta lectura.
Esta historia continuará …
¡Salud! Qué «rica» historia…
Sabrosísima. Me encantó esta reali-ficción de Laura. Tiene su vena humorística como yo. Creo que por eso es que nos llevamos tan bien. ¡Mil gracias!
¡Salud siempre !Un orgullo que enaltece nuestra identidad! .
Sentí que estaba allí en esa ronversacion, mientras leía este magnífico artículo.
Si, es super la experiencia, muy real. Laura me fue preguntando cosas e intercambiando ideas. Y luego cuando vi este regalo dije… Wow. Gracias por pasar por aquí. Un abrazo. Creo viene una segunda parte, vamos a ver
Puedes formar parte de ella. Usa tu musa, la magia, aderezarla con un buen ron de los nuestros, e increíblemente allí estarás… en esa sala como un 7 de Junio 🙂